SoftMaker logo

Más que bytes

¿Por qué prefiero SoftMaker Office?


Debido a la política de la emrpesa, hace poco me he convertido en usuario de Microsoft Office en el trabajo. En casa sigo utilizando SoftMaker Office. Alternar entre uno y otro no ha resultado ser el quebradero de cabeza que me temía. Todo lo contrario, escribir en TextMaker y editar hojas de cálculo con PlanMaker me hacen ser más consciente de que estoy en casa.

En el trabajo tengo que hacer mi labor con las herramientas que me proporcionan. En casa soy yo quien elijo mis propias herramientas, que siguen siendo el software que me hace ser más eficiente.

Una odisea en la oficina

Ya usaba los productos de SoftMaker mucho antes de comenzar a escribir este blog. Durante las últimas décadas, probablemente haya probado todas las suites de oficina que han salido al mercado. Tras unos comienzos duros con WordStar y WordPerfect, me pasé a Microsoft Word hasta que una aciaga noche se tragó mi tesis doctoral. Por aquel entonces no tenía la costumbre de hacer copias de seguridad habitualmente, así que tuve que reconstruir mi trabajo a partir de una copia antigua que había impreso. Fue entonces cuando me encontré con Lotus SmartSuite, poco antes de que IBM, que acababa de convertirse en su nuevo propietario, lo fagocitara y lo dejase morir.

Con un fuerte suspiro, me pasé a StarOffice, que más tarde se convirtió en OpenOffice (y finalmente en LibreOffice). Como estaba buscando algo menos engorroso que OpenOffice, un compañero me habló de SoftMaker Office. Fue amor a primera vista, especialmente cuando me di cuenta de que estaba disponible para varios sistemas operativos, incluidos teléfonos inteligentes y tabletas. Me gusta mantener mis opciones abiertas. En aquel momento no había Microsoft Office para Android, y las aplicaciones de Apple y Google parecían demasiado restrictivas.

Cada par de años, echaba una ojeada a Microsoft Office. Siempre me pareció que estaba demasiado inflado para mis necesidades y que era demasiado rígido, tendencia que, en lugar de mejorar, parecía ir cada vez a peor. Cuando Microsoft introdujo las cintas sin la opción de volver a los menús, dejé de esperar que Microsoft Office satisficiera mis necesidades.

Una suite de oficina es una herramienta

En mi opinión, una suite de oficina es una herramienta para hacer cosas, al igual que un sistema operativo. Tampoco es fin en sí mismo; no están concebidas para llamar la atención sobre sí mismas. Nunca me he sentado y he dicho "Sólo quiero jugar con una hoja de cálculo durante un par de horas". Cuando abro PlanMaker, tengo un plan que cumplir.

No me gusta nada la costumbre de Microsoft de imponerles nuevas interfaces a sus usuarios, como eliminar el menú de inicio de Windows 8, imponer las cintas o la interfaz de documento único (SDI) de Office 2007. No me gusta que me intimiden para que cambie mi forma de trabajar sin obtener ningún beneficio de ello.

Así que cuando SoftMaker anunció su propia interfaz de cinta para SoftMaker Office 2018, contuve la respiración. Al leer el anuncio de forma más pormenorizada, me di cuenta de que las cintas seguirían siendo opcionales, no un cambio forzado. Los usuarios pueden incluso tenerlo todo: la cinta de SoftMaker incluye un "botón de hamburguesa" que abre la estructura clásica del menú ("botón de hamburguesa" es el nombre de esas tres líneas horizontales). Como me gusta minimizar el cambio entre teclado y ratón, configuré rápidamente un atajo de teclado para abrir el menú directamente.

La personalización es la clave

Microsoft Office limita seriamente las posibilidades de los usuarios de personalizar sus aplicaciones, sobre todo en lo que respecta a los atajos de teclado. En Word, puede guardar rápidamente un documento con un nuevo nombre utilizando Ctrl+Mayús+S. Cuando me di cuenta de que esto no funcionaba de la misma forma en Excel, pasé diez minutos en la empresa buscando una forma de configurar un atajo de teclado personalizado antes de rendirme y buscar ayuda a un motor de búsqueda. Imagínese mi sorpresa cuando la misma Microsoft me indicó que usara un complemento de terceros. Eso probablemente habría violado la política de la empresa. Uf... (En el lado positivo, la búsqueda en la web me enseñó a adaptarme y ahora uso F12 en su lugar.)

Para mí, las opciones de personalización y su accesibilidad son algunas de las principales ventajas de SoftMaker Office. Cuando me percaté de que PlanMaker y Presentaciones se cerraban con Ctrl+Q, me sorprendió bastante ver que TextMaker no lo hacía. No me llevó más que un minuto configurar el acceso directo correspondiente en mi procesador de texto favorito.

Otro problema de Microsoft Office es su interfaz de documento único (SDI), especialmente cuando quiero usar Alt+Tab para cambiar a otras aplicaciones que tenga abiertas y, en su lugar, me desplazo por mis documentos de Word abiertos. He leído el razonamiento de Microsoft al respecto: al fin y al cabo, la cinta no es más que una barra de herramientas con pestañas y a los desarrolladores les preocupan que los usuarios se puedan confundir si tienen dos conjuntos de pestañas. El argumento de Microsoft sería más convincente si SoftMaker Office no hubiera demostrado que las cintas pueden coexistir pacíficamente con una interfaz de pestañas multidocumento.

Para más inri, las cintas de Microsoft Office son cualquier cosa menos consistentes en todas las aplicaciones. Me quedé estupefacto cuando me di cuenta de que una cinta podría incluso ser inconsistente dentro de una única aplicación porque el editor de respuesta rápida predeterminado de Outlook oculta algunas opciones de edición que solo se proporcionan en la ventana completa del editor. Averiguar esto me costó otros quince minutos de tiempo de mi empresa.

Así que cuando vuelvo a casa y abro SoftMaker Office, lo hago sintiendo una inesperada sensación de alivio. Probablemente se pueda extraer una moraleja del hecho de que una compañía relativamente pequeña de Alemania esté produciendo de forma consistente una suite de oficina bastante más accesible que cierto gigante del software ubicado en Redmond, Estados Unidos. Cuando me llevo el trabajo a casa, edito los documentos en SoftMaker Office, los llevo de vuelta al trabajo y nadie se da cuenta. Y cuando me doy cuenta de que F12 hace algo completamente diferente en PlanMaker de lo que ahora esperaba, me lleva menos de cinco minutos cambiarlo.

Gracias.

El producto se ha añadido al carrito de compra.